Un condenado a muerte se ha escapado (Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut, 1956) de Robert Bresson.

“Una fe: he aquí lo más necesario al hombre. Desgraciado el que no cree en nada”.
(Victor Hugo)

Lyon, 1943. En la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, el teniente Fontaine (François Leterrier), miembro de la Resistencia, es detenido por el ejército alemán y condenado a muerte. Confinado en prisión, decide elaborar un plan para fugarse.


La obra cumbre de Robert Bresson es este depurado drama carcelario de connotaciones religiosas que le valió el premio al Mejor director en el Festival de Cannes de 1957. La película, de un ascetismo formal rayano a la abstracción (deudor del Dreyer de La pasión de Juana de Arco), contiene uno de los trabajos de dirección más minuciosos de la historia del cine. El guión de Bresson se inspira en las memorias del soldado francés André Devigny. “Esta historia es verdadera. La cuento tal como es, sin adornos”, indica una nota del realizador antes de que se sucedan los títulos de crédito iniciales bajo las celestiales notas de la Gran misa en do menor de Wolfgang Amadeus Mozart. A continuación, el filme se abre con una escena, a mi entender prodigiosa, en la que Fontaine, que está siendo trasladado a prisión en la parte trasera de un coche, espera el momento adecuado para abrir la puerta del automóvil e intentar escapar. Me parece prodigiosa por el juego de gestos (las manos) y miradas de Leterrier y el otro detenido que va a su lado, así como por lo brillante y sutil de su montaje.


El tema principal de Un condenado a muerte se ha escapado es la fe; aunque en un sentido más humanista que estrictamente religioso, pese a las referencias a Dios y a la Biblia (la conversación entre Jesús y Nicodemo sobre el “nacer de nuevo”) que hay en la obra. Es decir, la fe entendida como esa capacidad de espíritu del hombre que le permite creer en aquello que parece improbable a la luz de la lógica (en este caso, la huida de prisión). Bresson lleva a cabo un profundo ejercicio de introspección de su personaje principal, cuya voz en off, omnipresente, nos guía a lo largo y ancho del relato. La trama, desarrollada mayormente en el interior de la celda, es una constante repetición de acciones con la que se pretende mostrar la monótona rutina diaria del cautivo. Las variaciones en la misma se derivan de la planificación y puesta en práctica del meticuloso plan de escape. Es por ello que el visionado de la película requiere de un sobreesfuerzo por parte del espectador, que encontrará su recompensa ya al final, y, sobre todo, en el recuerdo: ese nebuloso lugar en el que crecen las grandes obras del arte cinematográfico.


Uno de los aspectos más significativos del filme, es la importancia que en él adquieren los distintos sonidos (grabados y sincronizados, incluidos los diálogos, en la fase de posproducción), captados con suma agudeza y que sirven para hacer “visible” el mundo que rodea al encuadre.

Concluyendo: una de las mejores películas de todos los tiempos. Cine en estado puro.



7 comentarios:

  1. Quizá sea la única película que me hace llorar de felicidad al final; cuando luego de escapar de la cárcel, se van caminando hacia la niebla. Todo un suceso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que con ese final todos nos sentimos aliviados.

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Excelente reseña Ricardo. Comparto con vos que esta es la mejor película de Bresson. Me falta ver El dinero. Pickpocket también es un interesante ejercicio de estilo. Al azar Baltasar es pesada. Mouchette sí me gustó. Amigo cinéfilo: No te olvides de contestar los comentarios que te enviamos en tu anterior lista de los 10 cineastas más importantes de la historia. Abrazo !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disculpa que a veces no conteste a algunos comentarios. Sois muchos y no siempre dispongo de tiempo.

      Un abrazo!

      Eliminar
  3. Si bien no soy para nada apasionado del cine de Bresson, admito que esta película se sale!
    Dado que sos un entusiasta de las listas Ricardo :), te dejo una propuesta que puede resultar interesante, aunque quizás algo difícil: El de las mejores obras que estuvieron largo tiempo perdidas, para luego ser reencontradas en lugares poco comunes. Ej: Metrópolis o La Pasión de Juana de Arco.
    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me proponéis unas listas muy difíciles :). Habrá que intentarlo...

      Un abrazo!

      Eliminar
  4. Los 20 minutos finales de esta película son lo nunca visto.

    ResponderEliminar

Recent Posts

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...